Presentación & Recital: “Colombia un sueño de paz” Poesía por la Paz, el Perdón & la Reconciliación | Casa de Poesía Silva





Para que en los campos / el ladrar de los perros / en cualquier madrugada / no sea el rondar siniestro / de la muerte que vaga, / sea el apretón de manos, / sea la sonrisa cálida / del amigo que llega / y no fauce oscura / del fusil que amenaza.

Para que soldados y guerrilleros / no sean el uno para el otro / el tenebroso olfato de la muerte /  husmeando la vida temblorosa. / Para que exploten bombas / de pan y de juguetes / y corran nuestros niños entre escombros de besos. / Lancita… mi soldado… / recuerda que Jacinto, el hijo de la vieja campesina, / se ha idoa la guerrilla / buscando amaneceres, / persiguiendo alboradas.

Que no regrese muerto, / no le apagues su lámpara. / Porque la vieja espera / pegada a su camándula / pidiéndole a las ánimas / que no pase nada. / Compita… camarada… / ¿Recuerdas a Chuchito / el que jugaba metras / contigo y con los otros muchachos de la cuadra? / Hoy es un chico grande repleto de esperanzas, / se ha ido a la recluta portando una bandera, / símbolo de la Patria. / No le trunques sus pasos / Tendiéndole emboscadas / porque tendrás tú mismo / que llevar la noticia que partirá el alma / de aquella pobre madre / vecina de tu casa. / Pero también el hambre / bate tambor de guerra / impulsando las armas. / Cada fusil le quita (por precio solamente) / un año de alimentos / por familia o por casa / sirviendo desayunos de odios y de balas.

Paz, te han vestido de negro / Siendo tú blanca, blanca; / o de azul de naufragio / o de rojo siniestro / de sangre derramada.

Tampoco eres el verde vendaval de montañas. / Que todos los partidos hoy se tapen la cara / y te desnuden toda novia inmaculada / para ponerte un traje blanco de nube blanca.

Tirso Vélez [1953-2003]